lunes, 30 de mayo de 2011

Estaciones I - Verano

EL sol ardia sobre mi piel a las tres de la tarde. La playa estaba inundada de personas que comian, gritaban y pateaban arena. Mi familia estaba metida en el agua, yo ya no la aguantaba mas. Leia un libro sobre el invierno y me sentia incomodo al leerlo entre tanto calor. Lo dejaba y retomaba minutos despues, asi estube toda la ultima semana.
Llego una chica y se ubico delante mio. Volvi a agarrar el libro para disimular el mirarla. Tendria unos 24 años bien cuidados, un cuerpo delgado y delicado, para nada exuberante. Un pelo que estaba entre corto y largo, pero que le quedaba perfecto. Me dababa la espalda, tan suave parecia y se dio vuelta. Le vi la cara, de esa joven eterna con algo de bohemia. Tenia tres pircings, uno en su nariz. Un par de ojos marrones y una nariz diminuta. Se dio vuelta otra vez y se saco la toalla. Pude verle la cola, una de sus nalgas tenia un tatuaje de Todos Tus Muertos. Me quede embobado con su imagen, si no fuera por la llegada de mis viejos seguiria asi.
Charle con ellos, siempre mirandola de reojo. Vi como sacaba un libro que tenia el mismo nombre que el mio. Vi como lo leia sin incomodarse y me mori de ganas de preguntarle como lo hacia.
Tenia que mear, los mates habian echo su efecto. Me levante y fui al rejunte de arbustos que habia en el fondo. Contrastando a la playa, estaba completamente vacio y silencioso. Me dispuse a mear, saque la verga y comence cuando senti un ruido a mis espaldas. Gire la cabeza, por suerte el cuerpo no, y la vi a ella. Parada con una mirada sobrante y ruisueña. Comenzo a reirse y yo la segui, no sabia que hacer. Se freno, me miro la verga y me pregunto si queria cojer. Yo la mire y le dije que no con una sonrisa gandora, por mas que todo mi cuerpo me pedia que si. Ella se sorprendio y no entendio, pero me contesto la sonrisa. Prendio un cigarro, me ofrecio y yo me volvi a negar. Fumaba a cuatro manos. Me dijo que caminaramos y no le pude decir que no.
Caminamos un rato, con un silencio incomodo de fondo. Ella no paraba de fumar y yo no sabia que decir. Menciono el libro, ese que ambos leiamos y que habia visto que yo lo hacia y me pregunto que me parecia. Incomodo le conteste y ella se rio. Me conto que a ella le habia pasado lo mismo y que con los años habia aprendido a leerlo. Yo le conte que era escritor, o que aspiraba a serlo. Ella me conto que soño con ser escritora pero que ahora era simplemente una soñadora. Me confeso que tenia 27 años y que los habia desperdiciado a todos. Yo le dije que tenia 15 y me sentia perdido. Se volvio a reir pero esta vez no la segui, no tenia idea de porque se reia. Me conto que era igual a mi cuando tenia mi edad, y que ojala hubieramos coincidido a esa edad. Yo le pregunte porque habia dejado de escribir.Porque los sueños son mas lindos- me contesto. Y mire como sus ojos sentian el peso de esas palabras. Le dije que era hermosa, que era la mujer mas perfecta que habia conocido en mi vida. Se volvio a reir y se mordio los labios. Caminamos otro tramo mas en silencio, yo me habia olvidado de mis viejos, del tiempo que estaba tardando en volver. Al estar con ella perdi el sentido del tiempo y el lugar, queria apreciar cada detalle de su cuerpo, escuchar cada palabra que me decia. Deseba poder controlar el tiempo y quedarme con ella para siempre. Me confeso que me deseaba terriblemente desde el momento en que me vio, intentado leer ese libro. Y que ahora sabia que nunca estariamos juntos. ¿Por que? Porque ella no me merecia.
Me frene y la mire fijamente, ella tiro el cigarrillo y volvio a morderse el labio y levanto una ceja. Nos miramos por un minuto como en trance. Yo lo corte. le dije que tenia que volver. Ella se rio y asintio con la cabeza
-Voy a escribir sobre vos- le dije
-Y yo voy a soñar con vos- me contesto.
Vi una lagrima caer y me fui corriendo con mi familia. Me sente junto a ellos y volvi a tomar mate. Una hora despues cayo ella, con los ojos enrojecidos, levanto sus cosas y me miro. Me congele del frio con su mirada y no pude evitarle los ojos. Ella decidio cuando cortarla y se fue.
Al minuto agarre al libro y comence a leerlo, ya no me sentia incomodo haciendolo.

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