jueves, 13 de octubre de 2011

Mi muchacha punk

Tuve una novia que era una muchacha punk una vez hace mucho tiempo. No recuerdo si fue hace tanto o si fue hace menos. Si recuerdo su pelo teñido y sus remeras cortas. Su arito en la nariz y su aliento a marihuana.
La conocí por una amiga de mi amiga. Estaba lleno de punks y yo me sentía un nenito entre todos ellos. Ella me vio y me planto un beso. Después entendí lo que quería cuando vi a los otros tirandose encima. Salimos no se como con ella tomándome la mano. Caminábamos mi amiga, su amiga y ella, que me ofrecía una pitada. Yo me moría por fumar.
Nos volvimos a ver una semana después y no nos dejamos de ver. Ella me llevo a su casa y me instale ahí. Salía únicamente para respirar y dormir con la familia. Salía pero era como si no lo hiciera, seguía escondido. Y, en realidad, ella me escondía. Primero pensé que nos escondíamos ambos, alejándonos de la realidad, pero no. Ella tenía vergüenza de mí. Ella se juntaba con gente que escupía al que tenia al lado y yo escribía cuentos de amor. Nunca me reconoció en la realidad y yo nunca quise tampoco. Fue secreto, fui su secreto. Y no me importo.
Siempre sonaban los ramones ahí adentro. Sonaban fuertes y no dejaban escuchar nada más. Ella los cantaba a los gritos y los bailaba frenéticamente. A veces me agarraba y me llevaba a bailarlos también. Bailábamos sin sentido entre gritos y gritos.
Una vez dormida la escuche cantar algo. Lo cantaba tan bajo que no lo podía reconocer, no era nada que ella hubiera escuchado adelante mío. Y de algún lado lo reconocía.
Me quiso hacer un arito pero no la deje. Me quiso agujerear la oreja y tampoco la deje. Me quiso llevar a hacerme un tatuaje y me negué. Me regalo musculosas arruinadas de Flema y no las use. Pero nunca me pidió que le dejara de leer mis cuentos.
Me rapó. Vi mi pelo caer sobre mis costados, nunca lo había echo. Primero quedaron dos agujeros y un flequillo interminable. Después lo corto también y solo quedo una cresta. Y de ahí no pude dejar de hacérmelas. Me hizo amarlas. Y odiarlas.
No fue mi primera novia pero si fue la que siempre recordare como la primera. Opaco las anteriores, las devoró.
Tomaba siempre el mismo bondi para ir a verla, me conocía todas las calles. Caminaba cinco cuadras más y llegaba. Me abría la puerta de un beso y el gato me recibía en los pies. Tenía mi edad pero vivía sola y nunca nadie iba a visitarla. Comíamos poco, casi nunca había nada. Fumábamos demasiado y el humo no se iba más.
Otra vez la volví a escuchar cantar algo mientras dormía. Esa vez entendí un poco más. Cantaba canciones que no eran de ellas y yo seguía sin darme cuenta.
Llegue a dudar si no era mía. Si era de Fogwill. Lo pensaba cuando iba a verla en el viaje. Me preguntaba una y otra vez si me pertenecía a mí o a él. Una vez lo pensé tanto que cuando la vi se lo pregunte. Ella me miro extrañada sin entender lo que le decía y yo me di cuenta de lo estupido que sonaba.
No fue perfecta. Ni cerca. Vivíamos en un constante estado de pelea eterno. Pero sus interrupciones eran hermosas. Discutíamos por todo, por la música, por la comida, por el amor. Ella intentaba ser el hombre en la relación y yo no se lo negaba. Sin saber que en realidad ella quería que se lo negara y no serlo. Hubo semanas en que era puramente un atraccion física únicamente. Otras nuestra unión era espiritual. Y muchas ninguna de las dos, simplemente satisfechos sin hacer nada. Igual bailar con ella nunca nadie lo podrá igualar.
Yo le prometi que si algun dia todo terminaba yo la encontraria. Le prometi que tendria una banda punk. Y que cantaria desnudo con el pelo teñido de rubio. Le prometi que la veria y la invitaria a tomar un tinto de cajita con amor.
Una noche la acariciaba dormida y canto otra vez esa cancion. Puse mi oido sobre su boca y agudize mis sentidos. Espere y escuche.
Si pudieras olvidar tu mente
frente a mi, sé que tu corazón
diría que sí.

Cuando me di cuenta lo que cantaba no lo podia creer. La desperte embroncado y se lo increpe. Intento negarmelo pero no pudo. Se quedo sin palabras.
Se largo a llorar y sin limpiarse me dijo.
-Me encanta Seru Giran
Yo escuche eso y entendi lo que estaba presenciando. Ella me estaba confensado su mayor pecado, su peor secreto. Ella se estaba mostrando desnuda, mas que nunca. Totalmente vulnerable.
Yo me quede mudo por segundos. La mire, sabiendo que ya no habia vuelta atras, y le dije chau con la mirada. Ambos sabiamos que no teniamos mas futuro despues de esto.

La extrañe y ella me extraño, pero no volvimos a hablar jamas.


La volví a ver diez años después y ella era otra. No era más punk, era ella. No tenía el pelo teñido ni corto, lo tenia largo y lacio. No fumaba nada y caminaba tranquila por la calle. No me reconoció o fingió no hacerlo. Yo me quede mirándola pasar cantando su canción.


A Fogwill, aunque lo hubiese odiado

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